Los mándalas (o mandalas) son representaciones simbólicas espirituales y rituales utilizadas en el budismo y el hinduismo. Mándala es un término de origen sánscrito.

Dentro de las múltiples técnicas de relajación orientales, se encuentra la de pintar mándalas, los cuales son publicados en libros parecidos a los de los libros de colorear de los niños, donde viene el mándala sólo dibujado con líneas y el resto en blanco dispuesto para colorear.

Esta técnica de relajación no requiere ninguna disciplina expresa, como puede serlo en otras, ya que quien está haciéndolo lo colorea según sus gustos estéticos e imaginativos. La pueden realizar personas de cualquier edad, siendo además una actividad que fortalece la creatividad.

En la Residencia Sol i Natura incluimos esta técnica de los mándalas en las actividades de los residentes, estimulando así su creatividad y fomentando la relajación.

Ahora bien, ¿cómo se lleva a cabo la creación de un mándala? ¿Es algo muy complejo? De ninguna manera, es una actividad al alcance de cualquier persona, si bien es necesario seguir algunos pasos o consejos para llevarlos a cabo de tal forma que consigamos beneficiarnos al máximo de sus virtudes terapéuticas. Veamos 5 pasos:

1.- ELIGE EL LUGAR PARA PINTAR.

Procura pintar en una habitación soleada o con buena iluminación. Puede resultar muy relajante acompañar la actividad con música, ya que ayudará a que nos volvamos más receptivos a nuestro ritmo interno.

2.- ELIGE EL MANDALA.

La elección del modelo debe ser ante todo algo personal, nunca algo estricto; al principio debemos guiarnos por la intuición y elegir uno que atraiga nuestra atención.

Para guiarte en tu elección puedes seguir estos consejos:

  • Si eres principiante decántate por las formas grandes.
  • Si quieres aliviar el estrés o el cansancio, escoge las figuras pequeñas.
  • Si quieres elevar el ánimo elige formas circulares.

3.- ELIGE LOS COLORES.

Decidimos ahora si queremos utilizar lápices de colores, ceras, acuarelas. etc. Una vez tomada esa decisión, dispondremos el abanico de colores sobre nuestra mesa, observaremos primeramente el dibujo en blanco y dejaremos unos minutos que este se llene de colores en nuestra mente.

Es importante sincerarnos a la hora de elegir los colores y dejar que nos influyan nuestros sentimientos, ignorando el sentido de la estética. Solo de esta manera, el resultado final procederá de nuestro subconsciente.

4.- COLOREA EL MANDALA.

Empezamos con los colores que más nos han atraído, y tratamos de no pensar mientras coloreamos, dejando así que el color se esparza por el papel.

El ojo, la mano y el subconsciente serán los protagonistas. Si lo que deseamos es mostrar cómo nos sentimos, empezaremos a colorear de dentro hacia los bordes. Si lo que pretendemos es centrarnos, aclararnos la mente, lo haremos de fuera hacia dentro.

Quizá en algún momento sintamos que el color elegido no nos está gustando demasiado; es mejor evitar razonar en exceso, concentrarse en seguir coloreando y permitir que los colores surjan por si solos. De esta manera, una vez terminado podremos interpretar nuestro estado anímico.

5.- AUTO-REFLEXION FINAL.

Es importante dedicar unos instantes a observar nuestro dibujo terminado, verlo en conjunto, con todos sus colores. Este simple acto de observación nos transmitirá la energía del mandala y toda su belleza. Podemos anotar, si lo deseamos, unas palabras sobre cómo nos sentimos, o simplemente lo que nos evoque ese mandala.

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Fuente de la información: Wikipedia y especialmente www.mandalaweb.com.