La Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales de España, según su Presidente, el Sr. José Manuel Ramírez, denuncia recientemente que “se necesitarían 16 años para atender al completo la lista de espera con la tendencia que se marca en los datos oficiales del primer trimestre del año”.

 

Actualmente son más de 400.000 las personas que han sido valoradas y reconocidas con un grado de dependencia, y que se encuentran sin recibir ningún tipo de prestación o servicio, pese a tener tales derechos reconocidos legalmente, que representan el 34% de los potenciales beneficiarios del Sistema de Atención a la Dependencia (SAAD). En la cruda realidad esta circunstancia se traduce que durante el año 2.015 hayan llegado a morir más de 45.000 personas en dicha situación.

La citada Asociación añade que en estos últimos años “el sistema ha recibido un inmenso varapalo jurídico y financiero, que ha recaído sobre las personas en situación de dependencia, sobre sus familiares y también sobre la administraciones territoriales obligadas a la gestión y que se ven imposibilitadas para incrementar y mejorar las atenciones al ritmo requerido…»

En los últimos tiempos no se está reduciendo la lista de espera de las personas dependientes como consecuencia de un incremento de las prestaciones y servicios del SAAD, sino que ello se ha debido a diversos factores:

a) Causas administrativas (tardanza en la tramitación de expedientes, duplicidades, caducidades o renuncias).

b) Aplicación de nuevos baremos a la hora de valorar a las personas dependientes, como por ejemplo, la supresión de los dos Niveles que existían en Cataluña dentro de cada Grado de Dependencia. Resulta paradójico, pero en los últimos años ha crecido el número de personas valoradas que no han obtenido grado.

c) El fallecimiento del titular del derecho mientras se encontraba en lista de espera, es decir, de la persona dependiente que había sido valorada y a la que legalmente se le había reconocido el derecho, y que todavía se encontraba en lista de espera sin llegar a recibir ninguna prestación, lo que se ha venido a denominar el “limbo de la Dependencia”.

Respecto al ligero incremento de los servicios esgrimido desde las Administraciones Públicas, ello obedece, más que a un real aumento de los servicios y/o prestaciones, a el incremento del copago o aportación económica de los beneficiarios del sistema, y a la reducción de las prestaciones económicas destinadas a los cuidadores no profesionales.

Por último, desde la “ASSOCIACIÓ ACAD”, de la que forma parte la Residència Sol i Natura, creemos que invertir en un mejor sistema que permita apoyar en su vida cotidiana a las personas dependientes, que posibilite conciliar a las familias, que genere empleo e importantes retornos a las arcas públicas, y que se base en inequívocos principios de justicia y de solidaridad recíproca, es una de las medidas más inteligentes y demandadas que podrían tomar el Gobierno Central y los Autonómicos actualmente.

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